domingo, 6 de noviembre de 2011

Jugar con las ilusiones

 En el reciente encuentro que tuve con los vecinos de los Rosales, una de las preguntas que nos hicieron a los candidatos al Congreso fue ¿qué se puede hacer frente a los incumplimientos electorales?.




La pregunta concreta fue la siguiente:

Yo como ciudadano y votante sale un gobierno elegido con un programa. Durante los cuatro años el programa no se cumple ¿qué mecanismos tengo yo como ciudadano para pedirle cuentas o para que cambie? . El que preguntaba continuó diciendo que no le iba valer que se le dijera que al cabo de cuatro años votar a otro. Cuando un programa no se cumple ¿qué mecanismos tengo yo como ciudadano para pedirle cuentas o para que cambie? . El que preguntaba continuó diciendo que no le iba valer que se le dijera que al cabo de cuatro años votar a otro.


Desgraciadamente, hoy por hoy, no existe ningún mecanismo. Cuando desde UPyD pedimos la regeneración democrática estamos pidiendo que esos mecanismos funcionen y, por lo tanto, las elecciones no sean un cheque en blanco durante cuatro años.


 Buscando sobre el tema encontré un intento de encausar a Felipe González por un incumplimiento electoral, una demanda que presentó Lluis Llach contra Felipe González debido a su cambio de postura respecto a la entrada en la OTAN.

Era 1886 y el juez en su sentencia afirma que" el control de la promesa electoral con el compromiso político, mediante exigencia de responsabilidad por incumplimiento, es un interés social que los ciudadanos tienen necesidad de satisfacer". Pero continuaba, en nuestro ordenamiento jurídico no existe ley o jurisprudencia que ampare esa necesidad y esa deficiencia" le privar juez de instrumentos para satisfacerla".


Dejo un enlace a la información de El País.

http://www.elpais.com/solotexto/articulo.html?xref=19860625elpepisoc_3&type=Tes&ed=diario

Durante las campañas electorales se exageran las promesas, aun sabiendo que es prácticamente imposible cumplirlas. Esta actitud irresponsable conduce al descrédito de la clase política y el cansancio de los electores.

No puedo dejar de pensar en una promesa que Zapatero hizo en la campaña de 2008, alcanzar el pleno empleo en esta legislatura. Cuando se hacen promesas en campos tan sensibles como pensiones o empleo, los políticos deberían de tener pudor. Se deberían de dar cuenta de que están jugando con las ilusiones de la gente.



Las promesas incumplidas no le deben salir gratis a nuestros gestores, como no le resultan gratis a todos los que se han quedado en paro. Por eso, me he atrevido a hacer un montaje con las portadas de los periódicos del día 29 octubre y la valla electoral del PSOE para las elecciones del 2008, donde prometía el pleno empleo. ¿Motivos para creer?





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